-Señorita Farrell -comenzó el hombre-. Estas personas quieren hablar con usted.
-Muchas gracias, Matthew -dijo Taylor fríamente.
Matthew asintió con la cabeza y salió de la sala, haciéndoles un gesto a Clarissa y a Mike para que entraran. Los chicos que estaban con Taylor se fueron también, ya que entendían que no tenía nada que ver con ellos la conversación que iban a mantener aquellas tres personas. Taylor esperó a que todos se hubieran ido dejándolos solos y hubieran cerrado la puerta para comenzar a hablar.
-Buenos días -sonrió, una sonrisa muy falsa, sonrisa que parecía acostumbrada a fingir-. Soy Taylor Farrell, aunque supongo que eso ustedes ya lo saben.
-Sí, señorita Farrell -comenzó hablando Clarissa-. Soy periodista -Taylor pareció molesta cuando Clarissa dijo aquello-. pero no se preocupe, son sólo unas simples preguntas que no considero que resulten ninguna molestia para usted. Ya sabe, cuatro cosillas que deseamos saber sobre usted. Créame que a veces desearía haberme dedicado a otro tipo de periodismo, ya sabe, cubrir noticias serias y no dedicarme a investigar sobre personas famosas.
-Claro -Taylor sonrió-. Bueno, comience.
-Bueno, hace unos años usted no era alguien realmente importante en lo que es la industria de la música, me refiero a hace unos cinco años -Taylor asintió-. Hoy estoy aquí porque hemos decidido irnos un poco más atrás en el tiempo, ya sabe, hablar de cómo acabó dónde está ahora. Sabemos que se crió en un pueblo llamado Alford y que se fue de allí a los dieciocho, pero muchas personas no sabemos qué pasó desde que usted tenía dieciocho años hasta cinco años después. Nos gustaría que nos contara qué pasó y por qué muchos le perdieron la pista. Oh, sí, sabemos que sus padres, Jacob y Caroline Farrell presentaron una denuncia cuando usted cumplió los dieciocho años porque había desaparecido.
-Saben más de lo que muchos saben, la verdad. Unos buenos investigadores. Bien, cuando cumplí dieciocho me fui de allí, era mayor de edad, por lo que estaba en mi pleno derecho. Durante el primer año vivía casi en la pobreza, de albergue en albergue, de trabajo cutre en trabajo cutre. Hasta que conseguí un trabajo como camarera en un club de rock, conocí a Tony, mi batería allí, me contó que tenía un grupo y que buscaba una cantante. Por aquel entonces no me hacía ilusión. Cuadno cumplí veintidós, cambié de trabajo y pensé en llamar a Tony para comentarle que me gustaría participar. Eso hice. Empezamos a tocar en clubs y bares y demás. Al año siguiente nos descubrieron.
-Comprendo -dijo Mike-. ¿Por qué se fue de casa?
-Porque no era feliz, ¿es eso importante? Creo que no. Y creo que ya es hora de que se vayan.
Clarissa y Mike se miraron, dudando sobre si realmente debían hacer lo que Taylor les decía a ambos. Mike parecía más dispuesto a revelarse contra Taylor que a irse de allí, pero finalmente, siguió a Clarissa hacia la salida.
-Adiós, Mike, adiós Clarissa -dijo Taylor, y les cerró la puerta sin dejarles responder.
Clarissa se levanta del sillón en el que está sentada, y deja a sus hijos en el salón, mientras ella se dirige a la cocina a prepararles la cena. Ya no queda más que le pueda contar a sus hijos de esa historia. Los niños no deben de saber más que Taylor se fue, Mike también. No más.
-Mamá -dice Taylor-. Dime qué les pasó, por favor.
Clarissa mira a su hija, tan bonita, lleva el nombre de la persona que inspiró sus libros, libros dirigidos a adolescentes, para que lean sobre el amor, la desilusión y cómo el amor puede volver a triunfar. La última parte se la inventó cuando no supo como continuar el libro, sabiendo que Taylor se había ido. Así que puso un final alternativo, se volvían a enamorar y se casaban. Clarissa sigue disgustada con ese final, pero sabe que si no hubiera puesto eso, el libro habría sido algo muy raro y nadie lo hubiera comprado.
-Ay, hija. Te lo diré. Claire Farrell, a día de hoy, tiene cincuenta y cuatro años, tiene dos hijos y está casada con un hombre rico. Es feliz, dentro de lo que cabe para la desgracia familiar por la que pasó. Mary Turner murió hace un año, su marido continúa viviendo en Alford. James Turner, es ahora un diseñador de moda, está casado con el que ha sido su novio durante años, Julio, y han adoptado una niña.
-¿James es gay?
-Sí. Amy Turner ha abierto un restaurante bastante popular en Los Ángeles. La historia de los Farrell es trágica al cien por cien. ¿Segura que quieres oírla?
-Sí, por favor -dijo Taylor.
-Bien, Claire Farrell acabó en bancarrota por culpa de su madre cuando se mudaron, perdió a su bebé porque se lo quitaron los servicios sociales. Pocos años después se volvió a casar, con un joven pobre, que fundó una gran empresa y se hizo millonario. Ha tenido dos hijos, una niña y un niño. La mayor se llama Taylor, como su primera hija, tiene ahora catorce años. Su sengundo hijo se llamaba Jacob, tiene diez años.
>>Charlie Farrell murió en un accidente de tráfico hace veintitrés años cuando iba a Nueva York a hablar con su madre, un conductor borracho se estrelló contra su coche. Cuando murió, su novia estaba embarazada de tres semanas. El niño tiene ahora veintidós años, se llama Charlie y trabaja en asociaciones para ayudar a los alcohólicos a superar su problema, para que nadie más tenga que morir a manos de un conductor borracho.
>>Jacob Farrell se tiró por la ventana cuando Charlie murió, Claire acabó en bancarrota y Taylor se fue de casa.
>>Mandy Farrell murió de cáncer hace dieciocho años, tenía tan sólo deicisiete años.
>>Caroline Farrell se suicidó después de que Mandy muriera, dijo que ya no le quedaba nada más por lo que vivir. Claire y Taylor no le importaban.
>>Mike Turner continúa casado con Lucy Meller, tiene cuatro hijos, la mayor, Tiffany, tiene ahora once años. Matt, el segundo, siete. Alex, el tercero, cuatro y Amanda, la más pequeña, nació hace un año. Me llamó Mike para contármelo.
>>Y Taylor..., no me gusta hablar de esto, se suicidó. Tenía treinta y dos años. Resulta que se enamoró de el guitarrista de su grupo y cuando este se casó se deprimió, se le sumaron más cosas y se suicidó.
Clarissa deja lo que está haciendo y se va a su dormitorio, Jason está duchándose, sale del baño envuelto en la toalla y la abraza, sabe por qué está así. Hablar de Taylor le duele demasiado. Aunque Taylor, Mike y los demás, jamás hayan existido. Jason piensa que Clarissa se toma sus personajes muy en serio, demasiado en serio.