miércoles, 8 de enero de 2014

Capítulo 5.

Mike no creyó lo que veía, era ella, Taylor. Qué guapa estaba y qué sombría. Estaba completamente vestida de negro y le llegaba una melodía escalofriante desde la habitación de ella. Bajó corriendo las escaleras y fue a buscar a James, a su madre y a Amy.
-Es ella, es ella, está viva, mamá. ¡Está viva! -dudaba entre si reír o llorar, pero estaba eufórico, de ver que ella seguía con vida.
-¿Dónde viven? -preguntó su madre.
-En la casa de en frente de nuestro jardín trasero.
Su madre asintió con la cabeza y salió de casa, seguida de sus tres hijos hacia la casa de la familia de Taylor. No les costó mucho reconocer la casa, no había cambiado casi nada, salvo que la habían vuelto a pintar. Llamaron a la puerta con decisión. Se abrió y, esperando ver a Caroline, vieron a Taylor.
-Buenos..., buenos días, Taylor -dijo Mary, la madre de Mike.
-Buenas tardes -respondió ella fríamente.
-¿Están tus padres?
-No. ¿Qué queréis? -Taylor estaba muy nerviosa, sentía que de un momento a otro las piernas le iban a fallar y se iba a caer al suelo.
-Queríamos hablar con tus padres... Supongo que te acuerdas de James y de Amy -Mary sonrió, agradablemente y pareció que Taylor se relajaba.
-Sí, sí me acuerdo, pero Amy estaba mucho más pequeña. Pasad -les hizo un gesto para que entraran en la casa.
Entraron y cerraron la puerta tras de ellos. Taylor los guió hasta la gran sala de estar que había en el piso superior. A Mary siempre le había dado algo de envidia el nivel de vida de la familia de Taylor, pero sus padres trabajaban mucho y casi no veían a sus hijos. Todo tiene un precio y ella siempre había preferido quedarse con sus hijos por las tardes y ganar un sueldo normalillo a tener que trabajar muchísimas horas y llevar mucho dinero a casa. Se sentaron en los sillones y Taylor bajó las escaleras hacia la cocina a buscar algo de café para todos. Además, necesitaba relajarse. Volvió con una bandeja con cinco tazas de café y todo lo necesario para prepararlo.
-¿Cómo están tus hermanos? -preguntó James mientras Tay servía el café. Hizo un gesto para que la disculparan y salió escaleras abajo a por un refresco para Amy y otro para James, pues creía que a ellos no les gustaría el café. Cuando volvió les entregó los refrescos.
-Están bien. Claire está casada, está embarazada. Charlie está prometido y bueno, es feliz. Mandy está como siempre, pija, pequeña -dijo una vez se hubo sentado.
-Oh, tu hermana se casa, ¿con aquel chico con el que estaba hace cuatro años? -Tay asintió con la cabeza-. Hacían una bonita pareja.
-Van a venir de visita dentro de unos días, les diré que se pasen por tu casa, si quieres verles.
-Sería un placer, Tay -Mary sonrió.
Un silencio se estableció en la sala, Mike tenía la mirada fija en los brazos de Tay, que estaban cubiertos con una sudadera.
-Estás muy guapa, Tay -Amy, finalmente, rompió el silencio.
-Muchísimas gracias, Amy, tú también -dijo Tay sonriendo- ¿cómo estais vosotros?
-Bueno, Amy empezará ahora secundaria, James la terminará este año y veremos si Mike consigue pasar de curso esta vez -dijo mirando a su hijo mayor, Tay esbozó una media sonrisa- ¿Y tú, cómo estás?
-¿Yo? Cómo siempre, bien. Las cosas han cambiado mucho, pero estoy bien. Ahora estoy bien.... ¿Estais aquí por un traslado de tu marido?
-Sí, como siempre, vamos de ciudad en ciudad, pero así siempre conocemos a gente nueva y lugares interesantes. ¿Y hay alguien importante en tu vida?
-No, ni ganas tengo -Tay iba a subirse una de las mangas de la sudadera a causa del calor, pero a medio camino la bajó rápidamente, a pesar de su velocidad, Mike vio la cicatriz y se levantó.
-¿Podemos hablar, en privado, Tay? -Tay asintió con la cabeza y salió de la sala, en dirección a su habitación.
Una vez allí, Mike observó todos los libros que tenía Tay, sus discos. Su armario, abierto, mostrando únicamente ropa negra. No había fotos de ella, ni de pequeña si quiera. Mike se armó de valor para decirle lo que le iba a decir, cogió la muñeca izquierda de Tay y levantó la manga de su sudadera dejando al descubierto una cicatriz que iba desde la muñeca hasta la zona dónde se flexiona el brazo.
-¿Me vas a contar por qué te has hecho esto?
-Fuera de mi casa, ahora.
Mike salió de la habitación y fue a buscar a su familia y se fueron todos, sorprendidos de que ella les echara por una inocente pregunta de Mike. Comprendían que a ella no le gustara hablar sobre ello pero sólo estaban preocupándose por ella.

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